BATALLA DE EL CONSEJO (20 DE MAYO DE 1821) "HISTORIA LOCAL" (Por: Dr. Germán Fleitas NÚñez).



¿Fue la de El Consejo una batalla?
Germán Fleitas Núñez
EX-CRONISTA OFICIAL DE ELCONSEJO
CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE LA ICTORIA



¿Fue la de El Consejo una batalla o una escaramuza sin importancia? y ¿quién le puso ese nombre tan enaltecedor?
Al cumplirse 193 años de la Batalla de El Consejo y 52 de su primera celebración, se hace obligatorio responder estas dos preguntas.
Ambas interrogantes son justificadas porque con tan solo trece muertos (que sepamos) no parecería ser tan fundamental como hemos dicho siempre. Veamos: la importancia de una acción de guerra no puede medirse por la cantidad de combatientes, ni por el tiempo que duró el combate, y menos aún por el número de muertos, sino por sus consecuencias; por los beneficios que aportó al éxito de la causa a la cual servía y ese es el caso de la nuestra.
   Seis meses antes, el 25 de noviembre de 1820, se ha firmado en Santa Ama de Trujillo, un “armisticio” que suspende la guerra por seis meses. Lo firman (precisamente) el Brigadier General Ramón Correa Segundo Jefe del Ejército del Rey en representación de los realistas y Antonio José de Sucre, en representación de los patriotas.
   Pero Bolívar, buen conocedor de los clásicos militares, sabe que la mejor manera de garantizar la paz, es preparándose para la guerra. Consciente como estaba, de que España no concedería voluntariamente la independencia y que era necesario conquistarla por las armas, apenas firma el Armisticio, reúne un Consejo de Guerra, para elaborar el Plan de Ataque que se pondrá en marcha, apenas venzan los seis meses de la tregua. El Plan lo elabora principalmente el General Antonio José de Sucre y sus puntos esenciales son: “concentrar todas las fuerzas posibles” para atacar masivamente y “dividir al enemigo” para debilitarlo.

PLAN DE ATAQUE
   En eso están claros los libertadores y así elaboran el plan de ataque. La Concentración se hará hacia San Carlos de Austria actual capital del estado Cojedes, en el orden siguiente: el general José Antonio Páez subirá hacia el centro con todas las tropas llaneras; el general Rafael Urdaneta se vendrá con el ejército de Occidente y el general José Francisco Bermúdez avanzará con el ejército de Oriente, con la misión específica de ocupar Caracas, para principios de junio. (No olvidemos que estamos hablando de un par de meses antes de la Batalla de Carabobo). 

   Juntamente con esta maniobra de concentración, se planifican dos “de distracción” que han pasado a la historia con el extraño nombre de “Diversiones.” La Diversión de Cruz Carrillo hacia occidente y la Diversión de Bermúdez hacia oriente. Es en esta última, donde se enmarca la acción militar consejeña.
   En las diversiones no se busca obtener la victoria sino “distraer” al enemigo; “llevárselo lejos”. Dicen los clásicos que muchas veces es preferible “sufrir pequeñas derrotas” que estimulen al enemigo a perseguirnos, en lugar de victorias que lo obliguen a huir hacia donde están concentrados sus compañeros.
   El Libertador comunica a Bermúdez las instrucciones que han de cumplirse, mediante Oficio dirigido al Vicepresidente de Venezuela, General Carlos Soublette; dice Bolívar: “No es nuestro ejército superior en número al del enemigo y sería muy aventurado presentarle abiertamente una batalla contra todas sus fuerzas reunidas. (…) Las operaciones del ejército de Oriente tienen como único objeto la ocupación de Caracas, por la espalda del ejército español (…) molestar al enemigo y distraerlo vivamente, sin comprometerse en función de guerra con fuerzas superiores. (…) fatigar e inquietar al enemigo, obligándolo a que destaque sobre esa parte, una fuerte división que deje expuesto al cuerpo principal del ejército español, a ser destruido inmediatamente…” Luego revela la verdadera importancia de la acción, cuando dice: “Si V.E. logra atraer sobre el ejército de Oriente en Caracas o en los Valles de Aragua (…) y entretener por algún tiempo, alguna división respetable del enemigo, la campaña está decidida a nuestro favor, porque el resto del ejército español, no puede resistirnos.”
EL LIBERTADOR
   Estaba tan claro El Libertador, en que lo importante de esta diversión no era “ganar batallas” ni derrotar al enemigo, sino distraerlo, que en un inusual oficio fechado en Barinas el 24 de abril, hace comunicar que: “…exime al General Bermúdez (…) de toda responsabilidad por el buen o mal suceso que tenga en la empresa, con tal que acredite haberla conducido y ejecutado con audacia y valor.” O sea, “Gane o pierda”. Aquí se destaca nuevamente que el objetivo, no es derrotar al enemigo, sino distraerlo.
Todo se cumple al pie de la letra como estaba planificado.
   El 11 de mayo el general Páez deja atrás sus sabanas, sale de Achaguas, atravieza el Apure por Santa Catalina, sube 250 kilómetros hasta cerca de Guanare y allí une su ejército al de Simón Bolívar quien viene de Barinas. Junto con sus tropas tráe de reserva dosmil caballos y cuatro mil reses.
   E1 ejército de Rafael Urdaneta sale de Maracaibo, va a Coro, baja hacia Carora y Barquisimeto, y después de recorrer 600 kilómetros, se une al ejército del Libertador en San Carlos. Llegan sin su bravo General, quien se queda enfermo en Barquisimeto, motivo por el cual no asiste a la Batalla de Carabobo.
   Por su parte BERMUDEZ, al frente del glorioso ejército de oriente, el 14 de mayo, un día antes de lo previsto, llega triunfante y toma la ciudad de Caracas.
   Comienza inmediatamente la segunda parte de su misión: la distracción del enemigo. Debe haberse repetido muchas veces, las palabras del Libertador: “Si logra entretener por algún tiempo alguna División respetable del enemigo, la campaña está decidida a nuestro favor.” Y es oportuno recordar que cuando El Libertador se refería a “la campaña” se estaba refiriendo nada menos que a “la definitiva independencia.”
  A contenerlo se dispone el Brigadier General Ramón Correa, Gobernador y Capitán General; Jefe Político de Venezuela, pero emprende la huida acompañado del General Don Tomás de Cires, ex Gobernador de Guayana y Cumaná, Don Francisco Yllas, el Comandante Joaquín de Gascue y lo más granado de su oficialidad. Bermúdez emprende la persecución de Correa, quien huye con 700 soldados. Toma el camino de Antímano, San Pedro, Las Cocuizas, y el 20, lo alcanza en El Consejo. Tras la fatigosa huida, Correa decide descansar con su tropa en El Consejo, pero al verse atacado, decide “presentar batalla”. La opinión de los historiadores y del alto mando realista es la de que Correa condujo la defensa con temor y poca habilidad.
   Nuestra Batalla duró más tiempo que la Batalla de Carabobo. El ataque se produjo a las dos de la tarde. El pueblo era pequeño; tenía apenas cuarenticuatro años de fundado y el camino pasaba por el norte de la iglesia, cuya puerta de entrada daba el frente hacia arriba y no hacia abajo como ahora. Había sido ocupado por 700 hombres que se habían salvado de los combates de Caracas y buscaban afanosamente llegar a Valencia. El ataque fué sorpresivo y no dió tiempo a preparativos. A la hora de haber comenzado el fuego cruzado, la gran mayoría de los ocupantes del pueblo, emprendió una vergonzosa fuga. En la desbandada dejaron los realistas en manos de los patriotas, 58 prisioneros, 4 oficiales, entre ellos el General Tomás de Cires (al parecer fue fusilado inmediatamente), quien siendo Gobernador había quemado la Iglesia de la Divina Pastora de Cumaná, incendiado a Cumanacoa y otras Parroquias y el 18 de mayo de 1818, dos años antes, había derrotado a Bermúdez en la batalla del Puerto de la Madera. El desquite no se hizo esperar, porque ahora Don Tomás era Segundo Jefe del Ejército. Los patriotas se apoderaron de 130 fusiles del enemigo, 12 cajas de guerra, 2 pitos, una corneta, un botiquín, los equipajes, caballos y el Pabellón del Regimiento de Hostalrich, el Invicto Regimiento de Su Magestad. Sobre el campo quedaron once muertos del ejército enemigo cuyos nombres ignoramos. No aparecen registrados en los libros de enterramientos de la época. Solamente conocemos los nombres de dos patriotas muertos, ambos heroes de la Batalla de las Queseras del Medio: Juan Mártínez y Juan Torrealba, de los Bravos de Apure, quienes al mando del General Páez realizaron la hazaña del “Vuelvan Caras” y rindieron sus vidas en El Consejo, un mes antes de que su antiguo Jefe, se cubriera de laureles en el Campo de Carabobo. Sus nombres deben ser esculpidos en mármol, en una placa a ser colocada en nuestra Santa Iglesia Parroquial, centro espiritual del pueblo.
  En esta “Diversión”, Bermúdez se salvó milagrosamente. En la esclavina que cargaba recibió tres balazos; otro en la vaina del sable, otro en el pantalón y otro en el sombrero. Como decían los viejos consejeños: “no le tocaba.”.
   Dos fallas le fueron señaladas: 1) No haber establecido comunicaciones con el Cuartel General y 2) Haber comprometido en El Consejo un combate con fuerzas superiores, contraviniendo expresas órdenes del Libertador. De esta última se defendió, alegando que él “nunca había contado a los enemigos.”
Por su parte, todos los Jefes Españoles condenan a Correa, a quien culpan de la derrota de El Consejo. Pusimos a pelear a los enemigos y los desmoralizamos. Eso también cuenta como un triunfo.
El nombre de “Batalla” no se lo pusimos nosotros sino el Mariscal don Miguel de La Torre Jefe del Ejército Realista. “Anoche llegé a Valencia y cuando descansaba en la esperanza (…) recibo de madrugada la noticia de que han sido batidos en El Consejo los restos del Castilla y del Valencia, que tenía Correa. Este hombre desatinado (…) aventura sin tiempo ni razón “una batalla” que aun cuando sus resultado nos hubiesen sido favorables, merecía castigos y la indignación de todo hombre reflexivo.”
  Después de Carabobo “Se asciende a Coronel al Teniente Coronel Diego Ibarra y a General en Jefe, al General de División José Francisco Bermúdez.” Lo ascienden al máximo grado, al mismo al que ascendieron a José Antonio Páez, pero a Bermúdez no lo ascienden por la Batalla de Carabobo, en la cual no participó, sino por la de El Consejo.
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Diario El Clarín.
Editor Gustavo Gil.
Lunes, 19 Mayo 2014 
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